Hay algo especial en una boda de destino, más si esa boda de destino se realiza en Cuba. No son pocos los desafíos para los novios que eligen casarse acá y cuando el día de la ceremonia llega, ver el resultado de tantos meses de trabajo nos llena de una alegría que es difícil transcribir en palabras.
Para Victoria y Guilherme, cada detalle de su boda venía cargado de simbolismo. La entrada de la novia fue un momento especial. Victoria fue acompañada por sus padres pero sólo hasta un punto, en el que continuó su entrada sola, simbolizando así ese tránsito que todos en algún momento realizamos en nuestras vidas.
La elección del Palacio de los Matrimonios de Prado para la ceremonia fue una de las más acertadas. Su salón iluminado, espacioso y la intervención con un diseño floral planeado con mucha dedicación, fueron fundamentales para lograr el resultado visual que esperábamos.
La recepción de esta boda de destino, en La Guarida, fue otro de los momentos que con mayor pasión concebimos junto a los novios. Nuevamente el diseño floral, con muchísimo follaje autóctono, fue protagonista en este espacio. La Guarida se transformó completamente hasta lograr que al encanto habitual de este restaurante se le añadiera el toque especial de jardín, de boda de sueño, de cuento de hadas, al que indudablemente nos traslada esta decoración.
La alegría de los invitados, la música en vivo, los testimonios, los brindis, el primer baile de los novios, si nos pidieran elegir un sólo momento especial en el día de Victoria y Guilherme, nos sería imposible. Cada minuto de esta boda de destino, contó como una memoria feliz, de su día especial.
Wedding planner: Luciana Krizanowski
Coordinación de boda en Cuba, decoración y flores por Aire de Fiesta Cuba
Fotos: Marcel Kriegl
MUA: Michel Rego
Ceremonia: Palacio de los Matrimonios de Prado
Recepción: La Guarida